Hay presentaciones de vino y luego están esos momentos en los que una bodega consigue detener el tiempo, convocar a su comunidad y elevar un producto ya excelente a la categoría de objeto cultural. Eso fue exactamente lo que vivimos en el evento donde el artista Ignacio Goitia firmó las nuevas etiquetas de la edición limitada de 13 Estrellas de Salazar, el espumoso de la bodega alavesa Txakoli Txikubin que ya figura entre los mejores de España.
Un espumoso que ya juega en otra liga
Con 90 puntos Parker y una Medalla de Oro en el Concurso Nacional de Pequeñas Denominaciones de Origen, 13 Estrellas de Salazar no necesitaba más credenciales para consolidarse como uno de los Brut Nature más singulares del panorama nacional. Sin embargo, Txikubin decidió ir un paso más allá: convertir su edición limitada en un diálogo entre vino y arte contemporáneo.
La elección de Ignacio Goitia, artista vasco reconocido por su imaginario escenográfico y su capacidad para reinterpretar el patrimonio cultural desde una mirada actual, no fue casual. Su sensibilidad estética encaja con la filosofía de la bodega: respeto por el origen, sofisticación sin artificio y una identidad profundamente local.
Goitia y Txikubin: una alianza que trasciende la etiqueta
Durante el evento, Goitia presentó y firmó personalmente las dos nuevas etiquetas creadas para esta edición limitada:
- Brut Nature Rosado 13 Estrellas de Salazar – Gran Reserva, una interpretación luminosa y vibrante que captura la frescura atlántica y la elegancia frutal del vino.
- Brut Nature 13 Estrellas de Salazar – Gran Reserva, donde el artista reimagina el universo simbólico de la marca con un lenguaje visual más sobrio, casi arquitectónico, que subraya la pureza y verticalidad del espumoso.
Ambas piezas funcionan como pequeñas obras de arte: no solo identifican una botella, sino que cuentan una historia. La historia de un territorio, de una bodega que ha sabido crecer sin perder autenticidad y de un artista que dialoga con esa identidad desde la emoción y la memoria. El «chateau» aparece en la etiqueta y las 13 estrellas corresponden a las que aparecen en el escudo nobiliario de la familia propietaria.
Una cata para celebrar un hito
Para acompañar este lanzamiento, Txakoli Txikubin organizó una presentación en un encuentro donde prensa especializada, sumilleres y amigos de la casa en la que pudimos degustar las dos variedades mientras descubríamos el proceso creativo detrás de las etiquetas.
Este espumoso del Valle de Ayala, se elabora con uvas autóctonas de la variedad Hondarrabi Zuri para el blanco y también Hondarrabi Beltrán para la versión Rosé, ambas uvas de vino Txakoli. Se replantaron en 2009 para su recuperación, en un viñedo de solo 3 hectáreas.
La elaboración totalmente artesanal y natural ha dado lugar a un Brut premiado con 3 medallas de oro para pequeñas DO’s y 90 puntos Parker.
Este espumoso recoge las notas cítricas y herbáceas de su uva pero también a la manzana de los cultivos del valle. La versión Rosé resulta más sutil y compleja por la variedad Beltza.
Desde luego elegancia es la característica a destacar y el arte con el que han acompañado este Gran Reserva 2021, ha sido todo un acierto. Goitia, siempre generoso en sus explicaciones, habló de cómo el paisaje alavés, la luz del Cantábrico y la personalidad del vino guiaron su trabajo.
Más que un vino: un objeto de deseo
Con esta colaboración, 13 Estrellas de Salazar se posiciona no solo como un espumoso de referencia, sino como una pieza coleccionable que une dos disciplinas que comparten sensibilidad: el arte y el vino. Cada botella es una edición limitada que celebra el territorio, la creatividad y la excelencia.
Txakoli Txikubin demuestra así que la innovación no siempre pasa por cambiar la receta, sino por ampliar el relato. Y en este caso, el relato se ha vuelto más rico, más bello y más memorable.
Si el vino es cultura, obras como esta lo confirman.
Información de la Bodega: https://txakolitxikubin.com/
