Estrasburgo, ciudad que fusiona la elegancia francesa con el encanto alsaciano, esconde entre sus calles adoquinadas y canales una joya arquitectónica y gastronómica: la Brasserie Les Haras. Más que un restaurante, es una experiencia multisensorial que comienza mucho antes de que el primer plato toque la mesa. Ubicado en la antigua Yeguada Nacional, un monumento histórico del siglo XVIII, este establecimiento, bajo la visión del renombrado chef Marc Haeberlin y el diseño de Patrick Jouin y Sanjit Manku, es un testimonio de cómo el pasado puede inspirar el futuro de la gastronomía.
Al cruzar el umbral, uno es inmediatamente transportado. Las imponentes vigas de madera del siglo XVIII se alzan majestuosas, envolviendo el espacio en una atmósfera de grandiosidad y calidez. El omnipresente cuero, la luz tenue y un servicio atento y discreto preparan el escenario para lo que está por venir: una cocina de brasserie elevada, donde los clásicos franceses y alsacianos se reinterpretan con maestría y un toque de audacia.
En nuestra reciente visita, tuvimos el placer de embarcarnos en un viaje culinario a través de una selección de sus propuestas más emblemáticas, que demuestran la habilidad del Chef François Baur y el equipo de Brasserie Les Haras para transformar ingredientes de alta calidad en obras de arte comestibles.
Un Viaje por los Sentidos:
Para empezar, decidimos compartir un clásico alsaciano que es un verdadero símbolo de la región, el famoso Flambuchen también llamado «tarte flambée» o «flammekueche». Esta fina base de pan, crujiente y delicadamente dorada, llegó cubierta con una capa de crema fresca, cebolla finamente picada y trocitos de beicon ahumado. Sencilla en su concepción, pero sublime en su ejecución, cada bocado era una explosión de sabor y textura, un aperitivo perfecto para despertar el paladar y el alma alsaciana. Un comienzo auténtico que preparó el escenario para la diversidad que seguiría.
Los Segundos Platos: Un Festival de Sabores y Texturas
La selección de segundos platos nos llevó por un abanico de propuestas que destacaban la calidad del producto y la técnica culinaria de la brasserie.
Tartar de Solomillo
El tartar de solomillo fue una demostración de clasicismo bien ejecutado. La carne, de una calidad excepcional, estaba picada con precisión, y el aliño, perfectamente equilibrado, realzaba su sabor sin enmascararlo. Presentado con elegancia, este plato fresco y sabroso es un testamento a la maestría en los fundamentos de la cocina de brasserie.
Mollejas de Angus
Para los amantes de la casquería fina, las mollejas de Angus fueron un plato memorable. Crujientes por fuera y melosas por dentro, las mollejas estaban cocinadas a la perfección, liberando todo su sabor característico. La técnica empleada para su cocción demostraba un profundo respeto por el producto, resultando en una textura y un gusto que solo se consiguen con un gran saber hacer.
Raviolis Rellenos de Champiñones con Muselina de Carbonara
Este plato fue una sorpresa encantadora y un ejemplo de la creatividad del chef. Los raviolis, generosamente rellenos de un sabroso paté de champiñones, se presentaban bañados en una muselina de carbonara ligera y aireada, que aportaba una cremosidad envolvente sin resultar pesada. La combinación de la terrenalidad de los champiñones con la delicadeza de la carbonara fue una armonía de sabores que deleitó el paladar.
Choucroute con Carnes y Embutidos de Alsacia
Y, por supuesto, no podíamos dejar Estrasburgo sin probar su plato más icónico: la “choucroute”. El chucrut, fermentado a la perfección, se presentaba tierno y con el punto justo de acidez, sirviendo de cama para una impresionante selección de carnes y embutidos alsacianos: salchichas, tocino, y cortes de cerdo, cada uno cocinado para resaltar su sabor y textura. Es un plato contundente, reconfortante y una verdadera inmersión en la gastronomía regional, que te transporta directamente al corazón de Alsacia.
El Dulce Final: Una Celebración de la Repostería
Para culminar la experiencia, los postres, creación del Chef Pastelero Tinh Tran, son una categoría aparte. La repostería en Brasserie Les Haras no es un mero añadido, sino un pilar fundamental de la oferta culinaria.
Éclair Praliné Fresa-Ruibarbo
Nuestro broche de oro fue un eclair praliné fresa-ruibarbo, una deliciosa reinterpretación de un clásico de la pastelería francesa. La masa choux, aireada y ligera, contrastaba maravillosamente con el cremoso relleno de praliné. La fresa, fresca y ligeramente dulce, y el ruibarbo, con su característica acidez, aportaban un equilibrio de sabores vibrante y sorprendente. Era un postre elegante, lleno de matices y con un toque de innovación que lo hacía realmente memorable.
Para acompañar esta memorable selección de platos, tuvimos el placer de maridar nuestra comida con un Domaine Roland Schmitt Pinot Noir 2023. Este vino alsaciano, elegante y con la sutil fruta roja característica de la variedad, complementó a la perfección la riqueza de las carnes y la intensidad de la choucroute, demostrando la maestría del sumiller en la elección de referencias que realzan la experiencia culinaria.
La carta de vinos, con la impronta de Serge Dubs, el sumiller de Auberge de l’Ill, es extensa y variada, ofreciendo opciones para cada paladar y cada plato, desde referencias locales de Alsacia hasta grandes etiquetas francesas e internacionales. El maridaje sugerido para nuestra degustación fue impecable, realzando cada matiz de los platos.
Brasserie Les Haras no es solo un lugar para comer; es un destino. Es la confirmación de que la excelencia gastronómica puede convivir con un ambiente relajado y majestuoso. Su capacidad para honrar la tradición mientras se atreve a innovar, su impecable servicio y su impresionante entorno, la convierten en una parada obligatoria para cualquier amante de la buena mesa que visite Estrasburgo. Sin duda, una experiencia que perdura en la memoria mucho después de que el último sabor se haya desvanecido.
Hôtel Les Haras
Dirección: 23 Rue des Glacières, 67000 Strasbourg, Francia
Teléfono: +33 3 88 24 00 00